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Mostrando entradas de marzo, 2013

Narrar la ciencia

En el mundo literario, las ciencias ocuparon tradicionalmente subgéneros para fans. Libros Recientes alimentan un fenómeno novedoso: científicos que escriben ficción y escritores exitosos que le perdieron el miedo al laboratorio. Aquí, títulos, autores y opiniones. Las avalanchas no sólo son el síntoma de la montaña tapizada por la nieve. O la eventualidad que nadie desea tentar ni siquiera invocando su nombre. Todos los días una avalancha de datos, cifras y apellidos disonantes nos sepulta, comprime, asfixia. Aquel flujo y ruido ensordecedor que llamamos con liviandad “información” descarga cotidianamente todo su peso y furia sobre nosotros y nos desorienta. O peor. Nos vuelve ciegos ante ciertos acontecimientos disruptivos –y decisivos– capaces de hacer temblar nuestra imaginación y reconfigurar nuestros sentidos. Hace unos meses, por ejemplo, dos biólogos dieron un paso más que importante para redefinir para siempre la literatura. Y las principales editoriales del mundo ni s

El crimen como una de las bellas artes

El periodista y traductor Marcos Mayer recorre las transgresiones a la ley de personajes como el Marqués de Sade, Caravaggio, Charles Manson o Rimbaud. Las sociedades tienen ciertas leyes que funcionan de manera explícita o subterránea. A base de estas normas se regulan conductas y se delimitan acciones. Es decir, todo lo que se debe y puede hacer y, por supuesto, todo aquello que está prohibido. Desde el postulado más conocido del antropólogo francés Claude Lévi-Strauss sobre la prohibición del incesto como hecho fundante de la sociedad, hasta el mandato bíblico del “no matarás”, la humanidad se ha dado a sí misma toda una amalgama de reglas para permitir el desarrollo de las relaciones sociales. DAVID Y GOLIAT. En esta obra de Caravaggio, la cabeza decapitada es un autorretrato del pintor. “Cedemos en nuestras ansias de destruir físicamente a nuestros rivales y de apoderarnos de la riqueza de los demás, a condición de que se protejan nuestras vidas y nuestros bienes

Francisco, y no Francisco I, es el nombre oficial del nuevo papa.

De acuerdo con la tradición vaticana y tal como ha explicado el portavoz de la Santa Sede, Francisco Lombardi, cuando un pontífice elige un nombre que no ha llevado ninguno de sus predecesores, como ha hecho el cardenal Bergoglio, no se le añade el ordinal primero. Este solo empieza a utilizarse cuando otro papa adopta ese mismo nombre. De ese modo, el actual pontífice será Francisco hasta que alguno de sus sucesores decida tomar el nombre de Francisco II. A partir de entonces, será llamado Francisco I. Sin embargo, en las primeras horas del nuevo papado se empleó la denominación Francisco I, probablemente porque la tradición que elimina el ordinal en los papas con un nombre no empleado hasta ese momento se rompió en 1978 cuando el cardenal Luciani, que eligió por primera vez un nombre compuesto, añadió desde el momento de su proclamación el ordinal y fue llamado Juan Pablo I. Además, se recuerda que, de acuerdo con lo establecido en la Ortografía de la lengua españ

Habemus papam

Con motivo de la renuncia del papa Benedicto XVI y la elección de su sucesor, el argentino Jorge Mario Bergoglio se ofrecen las siguientes claves para una buena redacción: Tanto papa como sumo pontífice, romano pontífice o santo padre se escriben en minúscula, tal como indican las normas de la Ortografía de la lengua española sobre «sustantivos que designan títulos nobiliarios, dignidades y cargos o empleos de cualquier rango». El papa renuncia a su papado, no dimite ni abdica de él, de acuerdo con el verbo empleado en el Código de Derecho Canónico (no Código de Derecho Canónigo). El tipo de bula mediante el cual el papa puede decidir voluntariamente adelantar el cónclave se llama motu proprio, en cursiva y minúsculas. El término expapa es correcto para referirse a un papa que ha dejado de serlo. Conviene recordar, además, que el prefijo ex se escribe pegado a papa, sin espacio ni guion intermedio: el expapa Benedicto XVI. El organismo formado por todos los cardenales

¿Cómo y cuándo debemos usar dentro y adentro?

Es frecuente que aun los hablantes cultos de nuestra lengua experimenten dificultades con el uso de estos dos adverbios. La correctora Cecilia Mosteiro llevó a cabo la presente recopilación de textos sobre el tema, extraídos de las principales herramientas utilizadas por los profesionales del idioma. ● DRAE adentro. 1. adv. lugar. A o en lo interior. Mar adentro, tierra adentro. Se metió por las puertas adentro. dentro. 1. adv. lugar. En la parte interior de un espacio o término real o imaginario. Me ha salido de dentro. Se frota por dentro. Dirigir todo hacia dentro. ● DPD adentro. 1. Adverbio de lugar que, con verbos de movimiento explícito o implícito, significa ‘hacia la parte interior’: «Enseguida la condujo adentro» (Montero Trenza [Cuba 1987]); «Lo he empujado ahí adentro» (Hernández Naturaleza [Esp. 1989]). También se emplea para indicar estado o situación, con el significado de ‘en la parte interior’, aunque ello es más frecuente en América que en Esp