Eclesiastés 1:4 En el principio se creó el fin. Cualquier religión que se precie cuenta con un suceso en el que la vida de la comunidad desaparece de forma abrupta, violenta y muy espectacular. Este acontecimiento puede ya estar prefijado o ser provocado por la ira de los dioses, la estupidez de los seres humanos, y venir con una debacle ecológica o una gran guerra. Pueden darse todos los factores a la vez: tormentas de fuego, ángeles justicieros del espacio exterior, la tierra que se abre… El apocalipsis es, con toda seguridad, la idea más popular de nuestra historia. Nos regodeamos, como las criaturas finitas y supersticiosas que somos, en soñar con acontecimientos truculentos que culminarán en la desaparición de nuestra especie. Triste consuelo a nuestra condición, pero que ha generado una cantidad inmensa de literatura y productos de entretenimiento —películas, cómics, televisión, música— para disfrutar padeciendo del fin mientras afrontamos nuestro propio final. Es...