Treinta años después de su muerte en París, Julio Cortázar y su genial pluma no solo no han perdido vigencia sino que siguen inspirando a las nuevas generaciones de escritores argentinos. «Creo que Julio Cortázar está presente a la hora de pensar mis personajes, la importancia de las ciudades como ámbitos recurrentes en mis ficciones, la búsqueda de una escritura que resulte cercana a la experiencia de la lectura», reconoció a Efe el novelista y periodista argentino Sergio Olguín, nacido en Buenos Aires en 1967. Ganador del premio Tusquets de Novela en 2009 con «Oscura monótona sangre», destacó que en la década de los ochenta «muchos críticos intentaron destruirlo, se burlaron de él o lo ningunearon, pero sus libros han sobrevivido en el gusto del lector». Cuando Hernán Ronsino (Chivilcoy, 1975) comenzó a escribir, sobre los 20 años, descubrió que Julio Cortázar vivió y trabajó como maestro durante cinco años en su ciudad natal, unos 160 kilómetros al oeste de Buenos Aires, lo que le ...