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El silencio del texto

I was working on the proof of one of my poems all the morning, and took out a comma. In the afternoon I put it back again.

                                                             Oscar Wilde

fogA veces olvidamos la presencia de algunas cosas [punto] Por ejemplo [coma] los signos de puntuación [punto] Estamos tan habituados a verlos sobre la página [coma] que en realidad no los vemos [dos puntos] son como esos mosquitos que nos perturban mientras trabajamos [coma] que revolotean y de vez en cuando cruzan frente a nuestros ojos para al instante siguiente esfumarse en el contraste de los colores que nos rodean [coma] como si nunca hubieran existido [punto] Y sin embargo son tan importantes [punto] No [coma] los mosquitos no [dos puntos] los signos de puntuación [punto]
Es posible que los olvidemos porque casi siempre se utilizan normalmente. Ahí están cuando se necesita una pausa, cuando surge una acotación, cuando es necesario explicar algo. Se les encuentra en las situaciones más ordinarias, como el puesto de baratijas que ya es habitual en nuestro camino diario rumbo al metro.

*En la imagen de arriba, Los pichiciegos de Fogwill
prou


Y, con todo, lo mejor de lo ordinario es que en cualquier momento puede volverse extraordinario. Por ejemplo, cuando de pronto se le mira desde otra perspectiva, se le coloca en otro lugar, se le hace cumplir otra función. Y entonces un punto, una coma, una línea diagonal, en su aparente pequeñez, son instrumentos de vanguardia.

*En la imagen de la derecha: Marcel Proust, Sodoma y Gomorra


En el tumblr The Text Is Silence, quien sea que lo abrió tuvo una idea inesperada: mostrar fragmentos de ensayos, novelas, cuentos y poemas pero quitando las palabras, dejando únicamente los signos de puntuación. Y entonces resalta lo que nunca debió dejar de ser evidente: que esos minúsculos grafos son parte imprescindible del texto literario, de la visión de mundo que caracteriza a alguien que mira y considera el mundo como un lugar esencialmente literario. Parecerá un exceso (o no), pero para algunos un guión tiene tanta expresividad como el adjetivo más rebuscado o bellamente construido de un idioma.

Hace tiempo, hojeando la autobiografía de Torres Bodet, descubrí un capítulo dedicado a Proust. Fui hasta la página indicada y leí algo que en mi memoria está fraseado así: “su respiración de asmático”. Torres Bodet hablaba del Proust y su manía por las comas, sus oraciones de múltiples cláusulas, encerradas unas en otras en un complejo, delicado y aun así transparente mecanismo prismático (la metáfora es de Nabokov). Quizá fue ahí donde encontré la comparación entre los signos de puntuación, el estilo literario y la manera en que alguien respira.

Pues sí: cada uno de nosotros recibe a su manera lo que ofrece el mundo, a veces de golpe, a veces segmentándolo, a veces dejándolo correr hasta donde alcancen las fuerzas.




Fuente: JUAN PABLO CARRILLO HERNÁNDEZ  (Twitter del autor: @saturnesco)

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