Puesta a elegir los libros del 2012, ADN cultura decidió optar por una selección basada en el consenso de los integrantes de su redacción, antes que por un catálogo agobiante. Los acuerdos nunca son fáciles. Tampoco lo fueron esta vez. En principio la elección debía reflejar, de manera equilibrada, la diversidad de lo que se publicó en el año. No se tomaron en cuenta los libros de aparición demasiado reciente, que no llegaron a ser leídos con atención. También se decidió considerar tanto o más valiosas que las propias las elecciones de los escritores invitados. Con un par de excepciones, se prefirió no repetir lo ya señalado por ellos. El año literario no puede resumirse, por supuesto, en veinte títulos (o cuarenta y cinco, si se suman aquéllos). La lista es apenas una dosis concentrada de lo que propone una actividad editorial que, más allá de los sellos tradicionales, sigue ramificándose en nuevos proyectos independientes que enriquecen la producción y, al mismo tiempo, la vue