Hoy hablaremos (recuerden que la voz hablar también se emplea para referirse a un texto escrito) del empleo de los afijos en las palabras derivadas. Y especialmente hablaremos de los prefijos.
Quiero ahorrarme aquí el empleo de algunos tecnicismos como lexema o morfema, comunes para los lingüistas, para escribir estas ideas en una forma más comprensiva para un público amplio.
En el idioma español existe un gran cúmulo de elementos compositivos que, como el nombre lo dice, se unen a otras palabras para componer nuevos términos. Son los afijos, que, según su posición en la palabra, pueden llamarse prefijos, sufijos o infijos.
Los prefijos van delante de la palabra, como el prefijo pre en prenatal; los infijos, en medio, como ar en humareda, y los sufijos, al final, como illo, en pobrecillo.
Los prefijos se llaman también preposiciones inseparables, porque antes se empleaban como preposiciones. (Se entiende por preposición, según la definición académica, «palabra invariable que introduce elementos nominales [sustantivos] u oraciones subordinadas sustantivas haciéndolos depender de alguna palabra anterior. Varias de ellas coinciden en su forma con prefijos». Este último detalle da a entender que también hay preposiciones separadas, las que llamamos simplemente preposiciones.
Pero las que son prefijos no se pueden usar separadas en español. Tales son voces como super, su, sub, supra, infra, hiper, hipo, epi, preter, sobre, ultra, mega, pre, pos, post, ante, anti, macro, micro, bi, di, vice, intro, extra, inter, intra, trans, tras, maxi, midi, mini, proto, endo, meso, ecto.
En inglés muchas de estas voces se escriben separadamente, y algunos escritores y periodistas han copiado la costumbre de separarlas. Esto se observa sobre todo con la palabra super_, que es quizá el prefijo más violado por los periodistas y escritores de revistas. Debemos escribir la supernova, no la súper nova. El superatleta, no el súper atleta. Lo hizo superrápido. No lo hizo súper rápido. (Nótese que al escribir superrápido se dobla la r de la segunda palabra, por tener pronunciación fuerte y quedar entre vocales , como en infrarrojo).
Ejemplos correctos de los demás casos (los acompaño del artículo para que se vea mejor su uso: el superastro, el subdirector, el subadministrador, el superrealismo, las cápsulas suprarrenales, lo escrito supra (más arriba), o lo escrito infra (más abajo), el hipervínculo, el hipocentro, el epicentro, los fenómenos preternaturales y los sobrenaturales, así como el efecto sobreabundante.
También la ultraizquierda, los rayos ultravioleta (pero no ultravioletas), la megapolicía, los megapoderes, la prehistoria, el período preelectoral. De ambas formas: la posguerra o la postguerra. Refiérase a la era antediluviana (antes del diluvio) y a la máscara antigás. Muchos suelen confundirse y decir antidiluviana como si fuera contra el diluvio. La macromolécula, la microeconomía, la microempresa, el bipartidismo, el dígrafo, el vicerrector, un joven introvertido, una muchacha extravertida, el extraterrestre, el internacional, la intrahistoria, el transbordador, el traspaso.
¿Se acuerdan de la maxifalda junto a la midifalda? Y la ya invencible minifalda. Se usa igualmente: el protohombre (el primer hombre), la protohistoria, el protoplasma. El endodermo, el mesodermo y el ectodermo.
Algunas palabras hay, no muchas, que además de ser prefijos pueden emplearse como preposiciones separadas, pero no con la misma significación y son muy pocas.
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