El oficinista se centra en un hombre humillado en una "sociedad infernal". El autor argentino no pudo escuchar el fallo del jurado porque está internado.
El destino es siempre un bromista inapelable: ayer, el jurado del Premio Biblioteca Breve, de la editorial Seix Barral, anunció que el escritor argentino Guillermo Saccomanno era el ganador de su edición 2010 con la novela El oficinista. Sin embargo, el laureado no pudo acudir a la cita: mientras en Barcelona se daba el veredicto, Saccomanno estaba reponiéndose de una meningoencefalitis en Buenos Aires.
La ausencia del narrador no hizo más que intensificar el caudal de elogios que el jurado derramó sobre su novela, a la que calificó como "una obra mayor".
"Tal vez convenga que Guillermo no se presente nunca y se convierta en el Salinger de Seix Barral", bromeó el escritor Rodrigo Fresán, quien sostuvo que se trata de "un libro extraño, pero coherente en la obra de Saccomanno".
El jurado estuvo integrado por José Manuel Caballero Bonald, Pere Gimferrer, Rosa Montero, Elena Ramírez y Ricardo Menéndez Salmón.
"Va a ser un suceso literario profetizó Montero. Sentí la presencia de Franz Kafka y Philip K.
Dick: es un libro m)2uy atmosférico,una sociedad infernal que convierte a los individuos que la habitan en miserables, incluso en asesinos". Para el poeta Pere Gimferrer, se trata de "un texto existencialista, que habla de la necesidad del amor y que es al mismo tiempo una reflexión sobre el acto de escribir".
La trama de El oficinista se despliega en torno a la vida de un hombre anodino, un empleado dispuesto a soportar cualquier humillación para conservar su trabajo. Pero la cobardía llega a una divisoria de aguas cuando este ser sometido se enamora de una secretaria y concibe la posibilidad de ser otro. En el escenario de una innominada ciudad arrasada por el hambre, los atentados guerrilleros, niños sicarios y un control omnisciente encarnado por helicópteros artillados, Saccomanno ha construido, según el jurado, un relato que "cuenta una historia que pasó ayer, pero que aún no ha sucedido, y, sin embargo, transcurre ahora".
En el contexto de una globalización inexorable, parece decir el autor, la descripción del horror no necesita de nombres propios ni de referencias geográficas explícitas.
El triunfo de El oficinista le deparará a Saccomanno 30.000 euros y la llegada del volumen a las librerías hispanoamericanas a partir del 23 de febrero (a las argentinas hacia fin de mes).
La ceremonia contó con la presencia de escritores españoles notables como Eduardo Mendoza, Enrique Vila-Matas, Juan José Millás, Ray Loriga y Javier Cercas, entre otros. Ninguno conocía la obra de Saccomanno, pero los elogios del jurado ya han comenzado a aguijonear el interés de los colegas de España. Agentes literarios, escritores y periodistas jugaron a hacer que en una de las mesas les hacía compañía el agasajado, quien a principios de marzo viajará a España para presentar su novela. Por entonces, los problemas de salud habrán quedado atrás, y el apellido Saccomanno dejará de resultar extraño para los lectores españoles.
Fuente: Revista Ñ (2009)
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