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Y vos qué sos, ¿indie o hippie?


Diedrich Diederichsen - Feria del Libro de Buenos Aires
     Diedrich Diederichsen


El ensayista alemán Diedrich Diederichsen propuso un viaje a través de las vanguardias artísticas en la presentación de Psicodelia y ready made. Guió al público de la sala Victoria Ocampo de la Feria del Libro de Buenos Aires, por las culturas beatnik, pop, hippie, indie hasta las redes sociales.

Para el autor existe un “vínculo profundo” entre la psicodelia y el ready-made, aunque adiverte que influyen en distintos planos: “uno a nivel de los sentidos y otro, intelectual”.  Además, explicó que “la experiencia psicodélica resignifica objetos cotidianos, los modifica al descontextualizarlos”, mientras que “el ready-made del arte visual tiene una lógica similar, porque se le asignan significados diferentes a las cosas según el espacio”.


“Hubo disputas sobre cuál era el significado de la experiencia psicodélica. Una postura decía que permite ver un objeto sin su función, o sea que uno ve la realidad de la realidad. La otra, que nos permite percibir el absurdo del carácter mercantil del objeto producido en serie”, comentó.

En ese sentido, “el mingitorio de (Marcel) Duchamp es el ejemplo más evidente para poner visibilidad en el contexto, que es el que nos hace cuestionar. Tomando LSD todos podemos ser Duchamp”.
Diederichsen sostuvo que “en la literatura hay un largo preámbulo con respecto a experiencias con drogas de efectos psicodélicos”, recordó que  “(Charles) Baudelaire y Voltaire escribían bajo los efectos del opio y el hachís” y que luego “se realizaron interpretaciones místicas y de crítica política”.  Por un lado, en el trabajo de Allen Ginsberg y otros exponentes de la poesía beatnik y, por otro, en Walter Benjamin y Ernst Bloch.


“Benjamin y Bloch realizaron protocolos sobre ensayos con drogas, que incorporaron la descontextualización y la crítica de la mercancía. Para Benjamin en el uso no aparece la verdad eterna, sino condicionamientos de toda verdad”.

El recorrido histórico continuó en los ’60, cuando ambas fueron incorporadas definitivamente a la cultura de masas: “Desde Woodstock hasta aquí lo indie fue utilizado para publicidad, conforma el mundo mercantil, de Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band a la casas de ropa hippie”, por lo que “se dejó de lado el espacio para la crítica y se centró en el uso estético. Esto produjo un entusiasmo de que la cultura está hecha y disponible para cualquiera”.  

“Andy Warhol entiende esto y realiza una crítica de la estética de la mercancía en las tapas de los discos de rock Sticky Fingers y The Velvet Underground & Nico”, ejemplificó.

“A inicios de los ’70, el problema era que el poder disponer de todo (ready-made) derivó en melancolía, lo que generó otras formas de expresión más extremas. Fue volver a dramatizar para contrastar ese sentimiento. Se necesitó del punk para decir que todo ya estaba hecho, que no tenía sentido volver a las viejas vanguardias”.

Para Diederichsen “los ’80 fueron para la desilusión” y en los ’90, con el tecno y la rave, “se produjo un intento de reanudar algunas experiencias psicodélicas”.

Finalmente, se explayó sobre la relación entre los movimientos paraculturales de los ’60 y ’70 e internet: “Antes se intentaba realizar la utopía mediante el éxodo de la sociedad, la formación de pequeñas comunidades con normas propias”.

“Si bien las redes proponen una experiencia liberadora, de comunidad, la afectividad es una ausencia y a la vez materia prima de comercialización. La herencia sólo existe a medias, la parte sentimental desapareció”.

“La cultura electrónica está organizada y existirán muchas formas culturales en que la presencia será controlada a través de las redes. La propia red se va a encargar de eso”.



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