Se reedita la novela de Ernest Hemingway con todas los colofones alternativos que el premio Nobel escribió
“En una entrevista a Paris Review en 1958, Hemingway contó a George Plimpton que reescribió el final de la novela 39 veces hasta dar con las palabras correctas”, explican en conversación telefónica desde Simon & Schuster, la editorial encargada de la publicación de la nueva edición, “Resulta que eran unas cuantas más”. Las 47 versiones se encuentran archivadas en la Colección Ernest Hemingway de la Biblioteca y Museo John Fitzgerald Kennedy de Boston. Sean Hemingway, el nieto del autor y uno de los mejores conocedores de la obra de su abuelo, y Scribner, la firma que lanzó la mayoría de los libros del escritor, llegaron a un acuerdo para reeditar la novela con los distintos colofones, así como otras anotaciones manuscritas del Nobel, la introducción que escribió para la edición de 1948, la cubierta original de la primera publicación de 1929 y varios de los títulos para el libro que Hemingway descartó. “Hasta ahora, todo este material solo podían consultarlo los estudiosos y expertos", puntualizan desde Simon & Schuster.
Quien pretenda hallar algún poso esperanzador en las 47 versiones de las últimas líneas de la novela que Hemingway sopesó, no debería hacerse muchas ilusiones. Todas comparten la desazón y zozobra que acompañan al protagonista a lo largo de la obra. Algunas son casi más desalentadoras que la original. Es el caso del final número uno, titulado The Nada ending: "Esto es todo lo que hay en esta historia. Catherine murió y tu morirás y yo moriré. Es lo único que puedo prometerte”; otras ocultan cierta espiritualidad: “El hecho es que no hay nada más que puedas hacer. Si crees en Dios y amas a Dios, todo está bien”.
No todos los finales que se recopilan los pergeñó Hemingway. El número 34, titulado El final Fitzgerald, fue sugerido por el autor de Suave es la noche -de quien, por cierto, sus herederos también han hecho pública esta semana que el escritor escribió 48 versiones alternativas del último capítulo de El Gran Gastby-. A juzgar por las acotaciones del Nobel, la propuesta de su colega debía ser más descorazonadora incluso que las suyas. “Destroza a cualquiera. No lo destroza, lo mata”, escribió.
Además de los finales desechados, la nueva edición contiene los títulos que barajó el autor para la novela que escribió con 30 años, entre los que se encuentran algunos tan elocuentes como La experiencia italiana, La educación sentimental de Frederic Henry o Amor en la Guerra, y otros bastante más crípticos, Como son los otros, La muerte después de muerto o El hechizo, este último marcado con una cruz por el autor.
El único hijo vivo del escritor, Patrick Hemingway, quien es el autor del prólogo de esta reedición, indicó a The New York Times que la publicación de los 47 finales de Adiós a las armas “da una pista sobre lo que estaba pensando Hemingway al escribir la novela”. Ahora los lectores podrán decidir si acertó con el que escogió.
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