Internet ha derribado las fronteras geográficas que podían existir en la comunicación pública. Ahora, desde el momento en que se escribe algo en la red, las palabras cobran una dimensión global. Existen más de 150 millones de lectores potenciales que leen contenidos en español.
El éxito de la escritura en Internet radica en la forma y la calidad del contenido que se quiere trasladar a la audiencia. Periodistas, blogueros o tuiteros hispanohablantes utilizan el español como lengua de referencia en sus respectivos medios, pero cada uno de ellos lo usa con un estilo diferente.
Al canal elegido y al receptor final de los escritos hay que añadir el lugar desde el que se escribe. No es lo mismo leer un texto escrito en el español de Argentina que en el de España, una palabra puede tener distintos significados o connotaciones en Buenos Aires y en Madrid.
Una realidad no se denomina con la misma palabra en todas partes o, al menos, no siempre. El español es un idioma global y cada una de sus realizaciones y actualizaciones está repleta de localismos, que a veces dificultan la compresión del artículo que se está leyendo.
Ante esta situación, cobra una especial importancia en internet la figura del profesional de la información, debido, sin duda, a su influencia social. El periodista tiene la tarea ejemplar de usar un español que se pueda entender a un lado y a otro del Atlántico. Con este fin, en el seminario «El español en los medios de comunicación de los Estados Unidos» en San Millán de la Cogolla (La Rioja, España) se puso la primera piedra para crear un documento sobre el buen uso del español en los medios hispanos de Estados Unidos.
Además de hacer un buen uso de las palabras, los nuevos medios tienen la responsabilidad de ofrecer una imagen representativa de la sociedad. Escribir para todos requiere abarcar el espectro social y político de un país para que todos los lectores puedan identificarse con los temas finalmente seleccionados.
Sirva como ejemplo de este propósito el periódico gratuito editado en España 20 Minutos. Su director, Arsenio Escolar, declaró en una entrada de su blog titulada «Cómo y por qué hacemos la portada de 20 minutos» que «siempre hemos de preguntarnos si los campos de interés de todos los miembros de la familia están representados en nuestra portada».
Esta obligación con los lectores tiene una importancia mayor en la red. Estar en internet implica ser evaluado continuamente por los lectores a través de las redes sociales o de otros sistemas de participación como los comentarios en las noticias, los foros o el correo electrónico. Ellos tienen la opción de interactuar con los responsables de una información para decirles si les ha parecido adecuado, o no, el tratamiento de una noticia determinada.
En este sentido cobra una relevancia especial el tratamiento de la información que tiene como protagonistas a grupos minoritarios. En internet puede encontrarse desde un buen blog sobre comida tailandesa a comunidades enteras dedicadas al embarazo de la mujer. Como señala el profesor Ramón Salaverría, «existe un cambio de los medios de masas a las masas de medios» y la escritura en internet tiene la responsabilidad de reflejar este cambio de paradigma.
Escribir para todos también es crear contenidos accesibles independientemente de las capacidades físicas, intelectuales o técnicas de la audiencia. La evolución de la tecnología permite ahora que los lectores accedan a internet desde soportes móviles como tabletas y móviles inteligentes. Cada uno de estos dispositivos requiere una presentación accesible de los contenidos para que la experiencia de usuario se produzca en igualdad de condiciones. Por ejemplo, una web que no tenga una versión para móviles estará dejando de lado a un sector de audiencia cada vez más relevante. Esa audiencia global, no es uniforme: la conexión a internet no es igual de rápida en todo el mundo, muchos usuarios disponen de dispositivos antiguos sin capacidad de actualizarse con el último software del mercado, o simplemente sin el poder adquisitivo suficiente para hacerlo.
En el concepto de accesibilidad también hay que contemplar cuestiones como el tamaño del texto o la opción de añadir subtítulos en los contenidos multimedia. Si la página no ofrece la posibilidad de aumentar el tamaño del texto de un artículo se estará discriminando a los lectores con problemas de vista. Otros elementos que mejoran la accesibilidad de una web son, por ejemplo, el atributo alt de las imágenes con el que se añade información sobre las mismas o la utilización de una ortografía adecuada para ayudar a las pantallas braille a codificar el texto en sus caracteres.
Fuente: MARKUS STEEN
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