Miguel Molfino viene reinventando la novela negra argentina desde Monstruos Perfectos. En La Polio vuelve a sujetar al lector con una trama impecable y alucinada, personajes complejos y su prosa filosa. Un asesino serial, cruel y sanguinario, irrumpe en una ciudad de la provincia del Chaco; hasta allí lo sigue un detective implacable y un mago con un oscuro pasado coincide buscando una nueva vida. La Polio será una novela referente del género en Argentina. La obra fue presentada por el propio Molfino en septiembre del 2014.
La Polio es una intensa novela policial, también llamada novela negra, cuyo escenario es “La Dorila”, una ciudad creada por Molfino para esta ficción, situada en algún lugar del Chaco. Es una característica ya del autor la creación de ciudades y pueblos chaqueños absolutamente ficcionales.
Un asesino en serie de niños que se autodenomina “La Polio” llega a La Dorila en su sangriento tour, proveniente del Sur. Lo persigue un caza-recompensas contratado por el padre de un niño asesinado, que se sumará a la búsqueda que iniciara la Policía Federal. Recorrida por una acción por momentos vertiginosa, la novela relata historias paralelas que confluirán todas hacia el final.
Molfino viene reinventando la novela negra argentina desde Monstruos Perfectos. En La Polio vuelve a sujetar al lector con una trama impecable y alucinada, personajes complejos y su prosa filosa. Un asesino serial, cruel y sanguinario, irrumpe en una ciudad de la provincia del Chaco; hasta allí lo sigue un detective implacable y un mago con un oscuro pasado coincide buscando una nueva vida. La Polio será una novela referente del género en Argentina.
La obra fue presentada por el propio Molfino en Buenos Aires el pasado 9 de septiembre, y en Chaco el 25 de septiembre.
La irresistible ascensión de La polio
Empecé a pensar esta novela hace tres o cuatro años atrás. En principio, la había titulado “Perros muertos a lo largo de la carretera” pero todo cambió una noche de vino y pizzas en casa de Selva Almada, en Buenos Aires. Nos reunimos con ella, Grillo (su marido), Leo Oyola (mítico Tigre Harapiento) y Ale Zina. Fue una noche muy entretenida ya que se habló de asesinos seriales, uno de mis temas favoritos. Comenté el argumento de mi idea y bueno, se disparó una charla extraordinario sobre los móviles de este tipo de homicidas, infancias, vejámenes y abusos. Tema ideal para acompañar la muzzarella generosamente preparada por Grillo. En esa noche, cambié no sólo de título a la novela sino también de asesino serial, estimulado por la conversación.
Empecé a escribirla con la nueva orientación. Al tiempo ya se llamaba “El ojo de la mosca”, título que perduró hasta el final de la escritura.
Hoy está entre nosotros como La Polio, título convenido con Luis Mazzarello, editor de la novela y responsable de Wu Wei.
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