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Propuesta racional para simplificar la ortografia

Acaba de ver la luz el libro Propuesta racional para simplificar la ortografia del Dr. Juan Andrés Gualda Gil, lingüista, del que se da una amplia información en la página www. ortografiasencilla. com. La ortografía de la lengua española es complicada y dificil de aprender, como lo demuestra el hecho de que se cometan tantas faltas en todo tipo de escritos, de que se vendan tantos libros de dudas y dificultades ortográficas y de que se hagan tantas consultas a las academias de la lengua.

La Ortografia de la lengua española (OLE) tiene graves contradicciones (véase su cap. II, ap. 3.4.2): hiatos hablados que son tratados ortográficamente como diptongos, diptongos hablados tratados ortográficamente como hiatos, todas las parejas vocálicas formadas por dos vocales abiertas son tratadas artificialmente como hiatos aunque se pronuncien diptongadas, la tilde está sobrecargada pues además de su función básica para señalar las palabras agudas, llanas y esdrújulas tiene también asignada la importante función de deshacer determinados diptongos y las reglas de acentuación se contradicen. Por ejemplo, según las reglas generales de acentuación la palabra reír no debería llevar tilde por ser aguda que no acaba en vocal, n o s.

El nuevo sistema acentual que se propone consta de solo tres reglas que carecen de excepciones, al revés de lo que ocurre con el actual sistema repleto de ellas. Básicamente consiste en la eliminación de la tilde prosódica, que no es más que una manifestación de paternalismo en la escritura, manteniendo las tildes distintiva y diacrítica.

Por otro lado, las normas orientadoras sobre el uso de las letras ocupan nada menos que 25 páginas de la OLE con un total de 60 grupos de excepciones (!). La letra h es muda, la letra c representa dos fonemas (ca, ce), la letra g representa dos fonemas (ga, ge), la letra y tiene valor consonántico y vocálico (yema, muy), las letras b y v representan el mismo fonema, igual que les pasa en parte a las letras c, q y k y también a las letras j y g. Y para las personas seseantes (nada menos que el 93% de todos los hispanohablantes, es decir, 420 millones) hay una grave confusión entre escribir z, c o s.

El libro Propuesta racional para simplificar la ortografía les da solución a todos estos problemas. Su aparición delimita claramente un antes y un después en la ortografía de la lengua española.

Bases para la necesaria reforma ortográfica

La ortografía de la lengua española debe:


Relegar el principio etimológico a un segundo lugar, como valientemente ya hizo la ortografía italiana, por ejemplo oficializando la asimilación regresiva (attuale, immorale, osservatorio, ottavo, sussidio...), simplificando los prefijos (costante, costituzione, istante, istinto, ostruire...) y desterrando la h muda (abitare, erbivoro, eroe, umano, umore...).
Ser menos rígida y tomar nota de la flexibilidad y libertad de la ortografía inglesa. El filólogo y académico de la española Emilio Lorenzo dijo en una entrevista que «el idioma inglés no tiene miedo al ridículo [...]. El idioma español siente recelos y temores ante cualquier innovación y no llega al aprovechamiento exhaustivo de sus propios recursos expresivos». Es muy de admirar cómo la lengua inglesa ha conseguido con una escritura simple, estética, sin tildes y sin ningún otro signo diacrítico representar sus 35 fonemas con solo 26 letras.
Ser auténticamente panhispánica teniendo en cuenta a todos los hablantes, a semejanza de lo ocurrido con la ortografía portuguesa, en cuya reforma se ha tenido más en cuenta al portugués de Brasil que al de la metrópoli, como así defendía José Saramago en virtud de la gran diferencia del número de hablantes entre Brasil y Portugal. Se calcula que en la reforma de la ortografía portuguesa se va a cambiar el 1,5% de las palabras utilizadas en Portugal y solo el 0,5% de las palabras utilizadas en Brasil.
Conclusión

Por todo ello es necesario crear un amplio debate panhispánico en pro de la mejora de la ortografía española para hacerla más universal y fácil de usar, evitando las faltas de ortografía, lo que contribuiría a fortalecer la unidad de la lengua.

La propuesta presentada en este libro es racional, justificada y lógica; no radical sino moderada, que modifica ligeramente la ortografía vigente pero que la simplifica notablemente.

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