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Verbos pronominales


Verbo pronominal es el que se construye obligatoriamente con un pronombre. Hay verbos exclusivamente pronominales (arrepentirse, fugarse). Otros adoptan determinados matices significativos o expresivos en las formas reflexivas (caerse, morirse, lavarse, frente a caer, morir, lavar). (La Terminología no recoge la expresión “verbo reflexivo”, término más tradicional pero menos exacto).”
[Alonso Marcos, A.: Glosario de la terminología gramatical. Unificada por el MEC. Madrid: Magisterio Español, 1986, p. 158]
«En principio se es un pronombre reflexivo que indica que la acción realizada por el sujeto le revierte. Para que se sea un pronombre reflexivo de objeto directo la acción debe salir al exterior, debe exteriorizarse: Juan se lava. Juan se peina. Juan se viste. La acción empieza y termina en el mismo personaje; hay además una exteriorización de la acción.
Cuando la acción del sujeto no recae sobre el propio sujeto, sino sólo sobre una parte, se es objeto indirecto, así en: Juan se lava las manos. En esta oración se es objeto indirecto. El objeto directo es manos.
Cuando la acción del sujeto recae sobre el sujeto, pero sin salir al exterior del mismo, sin exteriorizarse, o sin relacionarse con el mundo exterior para ocurrir, se es un complemento ético o de interés, un tipo de objeto indirecto, pero no es objeto directo. Esto sucede con los verbos llamados reflexivos formales. En Juan se levanta la acción no sale del propio Juan, lo mismo sucede en Juan se duerme o en Juan se enfada. En todos estos casos el proceso interno, aunque se manifieste externamente por el cambio de postura, por el estado de sueño o por los signos externos que acompañan al estado enfadado. En todos estos casos se es un objeto indirecto y el verbo es intransitivo por ello. Estos verbos pueden usarse como transitivos (i.e. pueden llevar objeto directo) cuando pierden su forma reflexiva: p. ej., Juan levanta a su hermano.
Cuando dos sujetos realizan una acción igual y son de ese modo objeto directo de la acción del otro, el pronombre se está usado como recíproco: Juan y Luis se cartean. No se trata de que exista un pronombre recíproco, sino de un uso recíproco del pronombre reflexivo.
La forma del pronombre se sustituye a la forma de la tercera persona, objeto indirecto, le, les, cuando esa forma va seguida de la forma de objeto directo, lo, la, los, las: Se lo dije a ella. En este caso se trata de un pronombre personal átono.
La forma se, no reflexiva, aparece como forma impersonal: Se dice que ...
La última forma se es la de la pasiva refleja: Se venden libros. Esta forma sustituye en la lengua moderna con gran pujanza a la pasiva propia:  «Son vendidos libros».»

Fuente: Marcos Marín, Francisco: Curso de gramática española.  

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