Nos guste o no, la realidad es que el español está lleno, y cada vez más, de términos que vienen del inglés. Los anglicismos están casi por todas partes y en muchas ocasiones simplemente por cuestión de estética. Nos parece mejor que nos hagan un lifting a un estiramiento, aunque sea lo mismo, y ni hablar de las palabras fashion (a la moda), glamour (elegante), hobby (afición), target (público objetivo), staff (personal) o leggins (mallas).
¿Qué fue del cartel? Fue la muy asentada palabra póster la que eliminó de nuestro vocabulario al clásico cartel. Otra palabra que goza de buena salud y que proviene del anglicismo test es testar, así como la tan repetida, cuando de cremas se trata, testiada. Nos encanta lo de «dermatológicamente testiada». Y es que parece más importante, más técnico, que decir «probada». Muchas otras, como chequeo (reconocimiento), celebrities (famosos) o el tan recurrido outlet, están in...esperemos que en algún momento esten out.
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