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¿Embistes? No: «embestidas», «embates» o «envites»


Pastillitas de saber


La Fundación del Español Urgente recomienda evitar la palabra embistes como sinónimo de embestidas, embates o envites.

«Los hoteles más exclusivos resisten el embiste de la crisis», nos dice un medio de comunicación; y otro afirma que «Los embistes contra el periodismo cultural son siempre los mismos y normalmente provienen del área comercial».

El embiste que aparece en estos medios es un término inventado, quizá una mezcla de embate, envite y el verbo embestir.

En español, un embate es una 'acometida impetuosa'; un envite, un 'empujón', y embestir significa 'ir con ímpetu sobre alguien o sobre algo'. De este verbo proviene el sustantivo embestida.

En los ejemplos citados deberían haberse empleado estos sustantivos en lugar del híbrido embiste, que no está recogido en ningún diccionario: «Los hoteles más exclusivos resisten el embate de la crisis»; «Las embestidas contra el periodismo cultural son siempre las mismas y normalmente provienen del área comercial».

La Fundéu BBVA, que trabaja con el asesoramiento de la Real Academia Española, recomienda, pues, evitar el uso de embiste como sustantivo y sustituirlo por embate, embestida o envite, según el caso.


La Nueva gramática de la lengua española considera válido el empleo del participio electo utilizado en las formas verbales pasivas: «Todavía no han sido electos los nuevos alcaldes».

Sin embargo, para la voz activa se prefieren las formas regulares: «Todavía no han elegido al nuevo alcalde», frente a las irregulares como «Todavía no han electo al nuevo alcalde».

Tradicionalmente, el término electo se utilizaba sobre todo para referirse a aquella persona que, habiendo sido elegida para un cargo, no había tomado todavía posesión de él.


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