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Mostrando entradas de mayo, 2011

La usina del poeta

EL GOLEM Si (como el  griego afirma en el Cratilo) El nombre es arquetipo de la cosa, En las letras de rosa está la rosa Y todo el Nilo en la palabra Nilo. Y, hecho de consonantes y vocales, Habrá un terrible Nombre, que la esencia cifre de Dios y que la Omnipotencia Guarde en letras y sílabas cabales. Adán y las estrellas lo supieron En el jardín. La herrumbre del pecado (dicen los cabalistas) lo ha borrado Y las generaciones lo perdieron. Los artificios y el candor del hombre No tienen fin. Sabemos que hubo un día En que el pueblo de Dios buscaba el Nombre En las vigilias de la judería. No a la manera de otras que una vaga Sombra insinúan en la vaga historia, Aún está verde y viva la memoria De judá León, que era rabino en Praga. Sediento de saber lo que Dios sabe, Judá León se dio a permutaciones De letras y a complejas variaciones Y al fin pronunció el Nombre que es la Clave, La Puerta, el Eco, el Huésped y el Palacio, Sobre un muñeco que con tor

De Borges... A un Gato

No son más silenciosos los espejos ni más furtiva el alba aventurera; eres, bajo la luna, esa pantera que nos es dado divisar de lejos. Por obra indescifrable de un decreto divino, te buscamos vanamente; más remoto que el Ganges y el poniente, tuya es la soledad, tuyo el secreto. Tu lomo condesciende a la morosa caricia de mi mano. Has admitido, desde esa eternidad que ya es olvido, el amor de la mano recelosa. En otro tiempo estás. Eres el dueño de un ámbito cerrado como un sueño. El oro de los tigre s, 1972 Beppo El gato blanco y célibe se mira  en la lúcida luna del espejo  y no puede saber que esa blancura  y esos ojos de oro que no ha visto  nunca en la casa son su propia imagen.  ¿Quién le dirá que el otro que lo observa  es apenas un sueño del espejo?  Me digo que esos gatos armoniosos  el de cristal y el de caliente sangre,  son simulacros que concede el tiempo  un arquetipo eterno. Así lo afirma,  sombra también, Plotino en las Ennéadas.  ¿De qué Adán anterior a

Sobre La audacia y el cálculo

Beatriz Sarlo publicó La audacia y el cálculo , un recorrido por el ideario político de Néstor Kirchner en el período 2003-2010. Y, polémica por excelencia, recibió críticas por derecha y por izquierda. Una charla donde desentraña el rol de los intelectuales y define posiciones. El mozo del bar de la esquina no pregunta. “Va a ver a Sarlo”, dice, como si un libro abierto y unas páginas con anotaciones sobre la mesa sólo remitiera a una persona: Beatriz Sarlo. No espera ni un sí ni un no, vuelve a la lectura de Clarín abierto en la página de deportes. TN, en el televisor colgante, machaca con su indignación profesional. Cuando trae el ticket, recibe una pregunta: “¿Paga Cablevisión el abono?”. No dice ni sí ni no. Vuelve al Clarín. En la calle, el fotógrafo (con ese don que tienen los buenos fotógrafos de ver algo que pasa desapercibido y luego de su intervención será visto por todos como algo nuevo) mira las vidrieras donde guitarras eléctricas se reflejan sobre la super

Entrevista a Beatriz Sarlo

En su ensayo, pensado como “autobiografía colectiva”, Sarlo se ocupa de analizar el papel que representan los relatos testimoniales sobre el pasado inmediato. “Sé que hago una crítica muy fuerte de la primera persona en un país donde el testimonio fue lo que permitió la condena a los terroristas de Estado”, asegura. La idea inicial fue escribir una “autobiografía colectiva” de los jóvenes intelectuales de la década del ’60 y del ’70, pero el proyecto le pareció blando, reiterativo y lo abandonó. Con esa lucidez con la que analiza los fenómenos culturales, Beatriz Sarlo acaba de publicar un nuevo ensayo, Tiempo pasado (Siglo XXI), en el que explora los límites del relato subjetivo para enriquecer la discusión sobre los usos del pasado, en momentos en donde se han abierto frentes de debates sobre la lucha armada y la militancia política revolucionaria, aunque aún quedan por examinar el Mundial de fútbol del ’78 y la guerra de Malvinas, según sugiere la fundadora y directora de la revis