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Mostrando entradas de febrero, 2012

Diario de invierno, Paul Auster

Paul Auster (Nueva Jersey, 1947) se escondía del sol mañanero tras unas gafas de sol de tipo aviador. Irónico y siempre sutil, agradece la pausa entre entrevistas de promoción de su último libro Diario de Invierno (Anagrama) para poder atacar un pequeño cigarro holandés con tabaco de Sumatra. Caladas largas, disfruta de un placer “casi prohibido”, como subrayaba mientras bromea con el poco tiempo que tiene cuando visita una ciudad como, en este caso, Barcelona. Extremademente gentil y curioso, pregunta por todo, y le da por hablar bien de los mosquitos de Minessota, bien de la paternidad: “Solo el padre de la hija puede entender ese tipo de amor que surge, como si fuera un enamoramiento apasionado entre ambos, lo dice mi mujer y creo que tiene razón”, sentenciaba ceremonioso Auster. La familia es uno de los temas transversales que atraviesan este Diario de Invierno: “La familia es todavía el centro de la sociedad americana, sin duda, pero eso se está transformando porque la gente no

10 claves para escribir bien, según Rosa Montero

¿Para qué se escribe? "Uno no escribe para decir nada, sinopara aprender algo. Escribes porque algo te emociona y quieres compartir esa emoción. Y tú sin duda sientes esas emociones que son más grandes que tú, y por eso quieres escribir, ¿no? No se trata de soltar mensajes sesudos". ¿Cómo empezar? "Toma notas de las cosas que te llamen la atención o te emocionen. Y déjalas crecer en la cabeza. Luego, escribe un cuento en torno a una de las ideas... Para hacer dedos, también hay ejercicios. Por ejemplo, escribe un recuerdo importante de tu vida contado por otra persona. Puedes hacer ejercicios como escribir algo que hay sido muy importante en tu vida, quizá en tu infancia, pero contado desde fuera por un narrador real (por ejemplo un tío tuyo) o inventado, e incluyéndote como personaje". ¿Cómo enfrentarse a la página en blanco? "Llamar la atención' es el primer paso. El huevecillo. Déjalo crecer en la cabeza... Juega a imaginar en

El ladino, un idioma medieval que sobrevive gracias a Internet

El ladino, la lengua de los judíos procedentes de la España medieval, puede haber encontrado en las nuevas tecnologías el salvavidas que impida su extinción, según varios expertos reunidos hoy en Tel Aviv para analizar su futuro.  El ladino superó la prueba de fuego histórica de la expulsión de los judíos de España en 1492, pero ha llegado a la era digital en horas bajas, según diversos investigadores, que temen que su uso cotidiano desaparezca en dos o tres generaciones. El Holocausto, primero, con el práctico exterminio de comunidades judías sefardíes, como la de Salónica; y, más tarde, la obsesión en los inicios del Estado de Israel por convertir el hebreo en la lengua que aglutinase a judíos de todos los rincones del mundo, a costa de otras, asestaron al ladino un duro golpe del que nunca se se ha recuperado. Hoy, el idioma, también llamada judeoespañol, vive un auténtico florecimiento en el ámbito académico, con dos centros de investigación en Israel y departament

El latín, hijo prolífico del indoeuropeo

El latín, junto con el osco y el umbro, pertenece a la rama itálica del indoeuropeo, una lengua prehistórica hipotética hablada hace unos cuatro mil años. Unos dos mil años antes de Cristo, oleadas migratorias procedentes de una zona cercana al Mar Caspio o al Mar Negro llevaron su lengua hacia el este y hacia el oeste, alcanzando por un lado la Bretaña y la Hispania y, por el otro, la India, por lo que se los llamó indoeuropeos.  En este largo periplo que duró varios siglos, los migrantes legaron su lengua, que fue cambiando a través de los siglos hasta que en cierto momento los habitantes de diferentes regiones ya no se entendían entre sí y ni siquiera tenían noción del parentesco entre sus idiomas.  Los lingüistas dividieron las lenguas indoeuropeas —cuyas herederas corresponden hoy aproximadamente al habla de la mitad de la humanidad— según el tratamiento de las guturales, considerado como línea divisoria de los hechos dialectales del tiempo prehistórico. La distinción se

La lengua: arma de los imperios

El inglés es considerado hoy la principal lengua universal, tanto por la cantidad de sus hablantes como por la variedad de ámbitos en que se emplea. El idioma de Shakespeare se ha convertido en la lengua franca del planeta, tras desplazar al francés en la diplomacia y tornarse el idioma más importante en los foros internacionales. Es lo que ha ocurrido siempre en la historia con las lenguas de los imperios; como sucedió con el idioma de Atenas en la Grecia de Pericles y con el castellano en la Conquista y el Coloniaje, por citar apenas un par de ejemplos.  La lengua como instrumento de dominación Cuando la antigua Roma empezaba a expandirse, antes de convertirse en un imperio, la clase dominante, el patriciado, vio claramente que una de las estrategias para mantenerse en el poder era adquirir los recursos del «bien hablar», es decir, dominar la lengua culta que los distinguiera de los plebeyos y aprender el misterioso arte de la retórica, desarrollado por los griegos que pe

El dardo en la Academia: introducción

—Cuando yo empleo una palabra —insistió Humpty Dumpty  en tono desdeñoso— significa lo que yo quiero que signifique... ¡ni más ni menos! —La cuestión está en saber —objetó Alicia— si usted puede  conseguir que las palabras signifiquen tantas cosas diferentes. —La cuestión está en saber —declaró Humpty Dumpty—  quién manda aquí... ¡si ellas o yo!                                                                          Lewis Carroll, "Alicia a través del espejo". Para el hablante medio, la autoridad máxima, algo así como el  tribunal supremo del idioma, es la Real Academia Española.  [...] Incluso entre personas cultas es frecuente oír que tal o cual  palabra «no está admitida» por la Academia y que por tanto  «no es correcta» o «no existe». = En esta actitud [...] hay un  error fundamental, el de considerar que alguien —sea una persona o una corporación— tiene autoridad para legislar sobre la  lengua. La lengua es de la comunidad que la habla,

Aprender el “español correcto”

Un poeta peruano refiere su experiencia como profesor de lengua y su trabajo con los hijos de los inmigrantes hispanoamericanos que creen que la lengua de sus padres no es tan buena como la de España. La escena ocurrió el primer día de clase. Pasé lista y, tal como tenía previsto, me enfrenté con una imaginativa combinación de nombres ingleses y apellidos españoles. La mayoría decía “presente, maestro” haciendo vibrar la /r/ sin redondear los labios, como lo aprendieron de niños para pronunciar “Pérez”, “Hernández” o cualquiera de esos apellidos que me hicieron sentir como si estuviera en Lima. Pero esa sensación duró poco. Era mi primer año como instructor de español en la Universidad de Rutgers (New Jersey), y me habían asignado una clase de “hablantes nativos”. Entonces no tenía mucha idea de lo que significaba ser “hablante nativo”, pero me bastó pasar lista para darme cuenta de que no se trataba de una categoría homogénea. Para aclarar el panorama, decidí conversar con ellos

Pensar la lengua del siglo XXI

El autor del “Diccionario básico del español de México”, renombrado lingüista y académico, además de investigador del Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios de El Colegio de México y miembro de El Colegio Nacional, reflexiona sobre el castellano del presente siglo . Para todos nosotros, cuya lengua materna es el español, hablar o escribir es ante todo una práctica cotidiana y espontánea. Lo mismo sucede con los hablantes de otras lenguas, o con nosotros mismos, cuando aprendemos a hablar suficientemente una lengua extranjera. Practicada la lengua materna desde la más temprana niñez, no nos damos cuenta de que, conforme vamos recibiendo la lengua de nuestros padres y de la sociedad en que vivimos, vamos adquiriendo también una educación de la lengua, es decir, una manera o un conjunto de maneras de hablarla o de escribirla. La facultad de hablar una lengua, dice Noam Chomsky, es universal y natural al ser humano; sí; pero esa facultad sólo encarna, sólo se hace concreta con un

La lengua, entre dueños y hablantes

Lingüista, investigadora del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano y actual vicedecana de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, la autora de este artículo dirigió el equipo que estableció el programa de enseñanza de castellano para extranjeros en esa casa de estudios. Si la lengua tiene un dueño, ¿cuáles son las consecuencias de eso? ¿El dueño puede impedir que otros la usen? ¿Puede ponerla en venta, alquilarla, retirarla del mercado? ¿Cómo hacen los hablantes para usarla? ¿Tienen que pedir permiso? El desarrollo argentino de la enseñanza del español a alumnos extranjeros reavivó disputas sobre la lengua que estaban quietas desde hacía unas décadas. En las polémicas decimonónicas, Juan Bautista Alberdi, Juan María Gutiérrez y Domingo F. Sarmiento contribuyeron a establecer nuestro derecho a hablar y a escribir como argentinos. Cuestionaban la autoridad peninsular para legislar, opinar y criticar nuestros usos lingüísti