Amigo de Henry James, H G Wells, Bertrand Russell y André Gide, detractor de Dostoievski y de Tolstoi, lector apasionado de Whitman, Mark Twain, Edgar Allan Poe, Víctor Hugo, Charles Dickens y Marcel Proust, Conrad es recordado, a 90 años de su deceso, como un autor que dio gran impulso a la literatura británica, aunque de facto era un inmigrante polaco.
Entre sus méritos, la crítica comenta que “marino durante 20 años, plasmó ese amor en novelas y cuentos de insólita profundidad para el género aventurero”.
Conrad nació el 3 de diciembre de 1857, en Berdyczów, antiguo territorio de Polonia y ahora jurisdicción ucraniana, en el seno de una familia noble, aunque quedó huérfano a lo 11 años, quedando bajo la tutela de su abuela y tío paterno.
A los 16 años que abandonó Polonia rumbo a Marsella, Francia, donde trabajó como marino mercante, actividad que lo llevaría en una primera etapa a comerciar con armas para las tropas carlistas españolas.
Durante esos años, Polonia estaba ocupada por Rusia, por lo que Conrad huyó del reclutamiento de las tropas del ejército zarista hacia Londres, Inglaterra, donde ascendió como segundo oficial de la Marina mercante.
Años después, paso a ser súbdito británico y capitán de la Marina por lo que navegó durante una década. Viajó por las costas de Sudamérica, India y África, experiencias que relató con el tiempo en su obra.
En 1889, Conrad comenzó a escribir su primera obra "La locura de Almayer", que publicó hasta 1895. Un año antes, abandonó definitivamente la navegación para dedicarse por completo a la literatura.
Cuentan que con su libro "Chance" (1912) obtuvo gran éxito y buenas criticas, por lo que prácticamente se dio a conocer como escritor a partir de entonces.
No es de extrañar que la mayoría de su obra gire entorno a la vida en el mar, los viajes y los puertos, en los que se desarrollan diversos aspectos del ser humano como la soledad, el bien y el mal.
La obra literaria del escritor se compone por 13 novelas, entre las que destacan: "Lord Jim", que aborda un problema de honor de un marino; "El agente secreto", una historia de la anarquía inglesa; "Bajo la mirada de Occidente", ambientada en la Rusia zarista y "Nostromo", considerada su mejor obra.
También escribió varios relatos como "El corazón de las tinieblas", que refleja parte de su viaje por el Congo, donde percibió las crueldades y atrocidades que se cometían contra la población indígena, y publicó dos volúmenes sobre sus memorias.
Su obra, aseguran los expertos, se ha ido valorando cada vez más y ha ejercido un fuerte influjo en la literatura, tanto inglesa como internacional.
Conrad murió el 3 de agosto de 1924, en Bishopsbourne, un pequeño pueblo de Kent, Inglaterra, dejando para la posteridad una obra imperecedera y la sensación de que de tanto él como su obra sería inmortal como su obra.
“Tengo la sensación de que nunca volveré más, la sensación de que podría durar para siempre, sobrevivir al mar, a la tierra, y a todos los hombres”, como lo dijo en alguna ocasión.
Fuente: Notimex
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