El nombre de la rosa es una de las narrativas, y también una de las mayores intelectualidades narrativas, más meritorias y justamente famosas del pasado siglo. Fue el inicio ficcional del gran semiólogo italiano. Y en ella vemos dos corrientes canónicas en la polémica literaria intelectualizada: una la popularidad, otra la que se refiere a los ambientes cultos y áridamente letrados. Nos centraremos no tanto en el análisis de la novela, sino en las lecturas, en la receptoriedad de la misma y también desde lo más destacable de una sumarísima sociología autoral, desde el punto de vista de la erudición; nos centraremos, así, en los posibles tipos de sociedades intelectuales que se pueden ubicar y urdir en la revisión de la obra; y también sus plasmaciones personales, en cuanto a una Psique y ánimo narrativo: Borges, por ejemplo, y Conan Doyle y su Sherlock Holmes. Daremos cuenta tanto de los apocalípticos como de los integrados, o, más serenamente, d...