Ficha técnica
Duración: 126 min.
País: Reino Unido
Año: 1995
Director: Peter Greenaway
Director: Peter Greenaway
Guión: Peter Greenaway
Música: Brian Eno
Fotografía: Sacha Vierny
Reparto: Vivian Wu, Ken Ogata, Ewan McGregor, Yoshi Oida, Hideko Yoshida, Judy Ongg
Productora: Coproducción GB-Holanda-Francia
The Pillow Book conocida aquí como Escrito en el Cuerpo es una película de 1995 que propone la escritura como experiencia sensorial. Vagamente basada en las narrativas y series de Sei Shonagon (el libro de la almohada), la película está estructurada alrededor de una imagen-metáfora. Caligrafía oriental sobre piel humana y no sobre papel. Así, el cuerpo se hace libro y el libro cuerpo. El valor plástico del texto es enfatizado usando imágenes relacionadas a la estética barroca, usando tradiciones orientales y evitando el cine como texto ilustrado.
La película cuenta de una mujer que desde niña comienza a amar la escritura y el shodo de forma pasional, relacionándose con sus amantes en torno siempre a la escritura, pidiéndoles que escriban usando su piel como papel y luego escribiendo ella sobre ellos.
Existe un aspecto marginado de nuestra experiencia del texto. El texto como tacto. Un concepto que no nos resulta nada evidente. No vemos la relación, pero está ahí. Tanto en la repercusión que los cambios en los medios de escritura han tenido sobre los textos, como en los de su misma reproducción. No es lo mismo escribir sobre papiro, pergamino o un simple folio, para no hablar de los grabados sobre piedra, etc.
Existe un aspecto marginado de nuestra experiencia del texto. El texto como tacto. Un concepto que no nos resulta nada evidente. No vemos la relación, pero está ahí. Tanto en la repercusión que los cambios en los medios de escritura han tenido sobre los textos, como en los de su misma reproducción. No es lo mismo escribir sobre papiro, pergamino o un simple folio, para no hablar de los grabados sobre piedra, etc.
No cuesta lo mismo, partiendo de lo más burdo. Quizás tenemos más conciencia de esto, gracias a los estudios medievales, desde el punto de vista del lector. Como sabemos, la difusión de la lectura está directamente relacionada a la disponibilidad de medios prácticos, y económicos, que la facilitaran. Pero no es esto lo que nos interesa en este momento. Mas afuera, mas cerca de la superficie se encuentra el hecho básico y evidente de que el texto que leemos es una impresión, sea por el método que sea, desde siempre. Un contacto entre una superficie que mancha y otra superficie que absorbe. Un con-tacto que incluso es necesario al usar el ordenador aunque se trate de teclas y bits electrónicos. Queremos insistir, en las próximas líneas, sobre el texto como tacto. Para exponerlo vamos a dar un ejemplo, en realidad vamos a aprovechar la belleza de una metáfora. Esta es la usada en la película de Peter Greenaway, The Pillow Book Durante el transcurso de toda la película se puede ver a los personajes escribiendo con caracteres orientales sobre las pieles desnudas de hombres y mujeres, orientales y occidentales. Esta es la imagen-metáfora central de la película. Hay que hacerse la idea de la imagen. Pequeños cuerpos, andróginos, cubiertos por caracteres pintados en negro, rojo o dorados. Pintados, no tatuados. Lavables, borrables, efímeros. Como occidentales no sólo no podemos leer los textos escritos sino que además no distinguimos los caracteres como tales, nos parecen dibujos, es decir, su valor simbólico entra en primer plano en relación con el significado real de cada uno de ellos. A esta serie de experiencias sensoriales e intelectuales podríamos completarla con una lectura que proponemos en la sección "La lectora".
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