SILABEO
En esta oportunidad vamos a analizar algunas reglas de división silábica que tienen relación con principios de estilo. Los invito a profundizar sobre el silabeo de las palabras compuestas, la repetición silábica y los vocablos malsonantes.
El principio estilístico que regirá este apartado será el que señala que el corrector debe pulir un texto de manera que no se puedan generar confusiones en la lectura.
Las palabras compuestas pueden silabearse conforme a las reglas generales o conforme a la división etimológica. Para aclarar esta última, dice la Real Academia Española, en Ortografía de la lengua española, que cuando la palabra “esté integrada por otras dos que funcionan independientemente en la lengua, o por una de estas y un prefijo”, puede separarse según estos componentes o de acuerdo con las reglas del silabeo. Por cuestiones de estilo, se prefiere la segunda forma.
Por ejemplo deshumanizar, al final de un renglón, puede dividirse: des-/humanizar o deshu-/manizar.
Los patrones de la estancia buscaron des-
humanizar el trato con sus peones para
dominar la situación.
Un lector poco atento o que lee a vuelo de pájaro puede entender que los patrones buscaron humanizar el trato. Por este motivo, se prefiere:
Los patrones de la estancia buscaron deshu-
manizar el trato con sus peones para
dominar la situación.
Repetición silábica: hay que evitar que queden dos sílabas iguales consecutivas al final o al principio del renglón.
Entre la nube de tierra, apareció un tan-
que que arrasaba con todo.
Si investigas este problema ma-
temático, obtendrás un diez.
Es necesario prestar especial atención a que en el silabeo no queden palabras malsonantes. Incluso, en algunos casos se pueden formar expresiones groseras o feas.
Decidió acudir a su cir-
culo íntimo para encontrar consuelo.
Este ejemplo, aunque ustedes no lo crean, es un caso real...
En esta oportunidad vamos a analizar algunas reglas de división silábica que tienen relación con principios de estilo. Los invito a profundizar sobre el silabeo de las palabras compuestas, la repetición silábica y los vocablos malsonantes.
El principio estilístico que regirá este apartado será el que señala que el corrector debe pulir un texto de manera que no se puedan generar confusiones en la lectura.
Las palabras compuestas pueden silabearse conforme a las reglas generales o conforme a la división etimológica. Para aclarar esta última, dice la Real Academia Española, en Ortografía de la lengua española, que cuando la palabra “esté integrada por otras dos que funcionan independientemente en la lengua, o por una de estas y un prefijo”, puede separarse según estos componentes o de acuerdo con las reglas del silabeo. Por cuestiones de estilo, se prefiere la segunda forma.
Por ejemplo deshumanizar, al final de un renglón, puede dividirse: des-/humanizar o deshu-/manizar.
Los patrones de la estancia buscaron des-
humanizar el trato con sus peones para
dominar la situación.
Un lector poco atento o que lee a vuelo de pájaro puede entender que los patrones buscaron humanizar el trato. Por este motivo, se prefiere:
Los patrones de la estancia buscaron deshu-
manizar el trato con sus peones para
dominar la situación.
Repetición silábica: hay que evitar que queden dos sílabas iguales consecutivas al final o al principio del renglón.
Entre la nube de tierra, apareció un tan-
que que arrasaba con todo.
Si investigas este problema ma-
temático, obtendrás un diez.
Es necesario prestar especial atención a que en el silabeo no queden palabras malsonantes. Incluso, en algunos casos se pueden formar expresiones groseras o feas.
Decidió acudir a su cir-
culo íntimo para encontrar consuelo.
Este ejemplo, aunque ustedes no lo crean, es un caso real...
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